viernes, 19 de marzo de 2010

"Abstenerse gays, salidos, separados"

"Hola, que tal estoy formando un club de amigos, se apuntar personas de todas las edades y podeis buscar lo que querais. A medida de que vayais llamando haré un boletin de todas las personas que estan apuntadas y os ire dando los teléfonos o direcciones. En principio todo el que se quiera apuntar es gratuito seriedad y discrección. Abstenerse gays, salidos (y) separados. Solo atiendo llamadas o mensajes."

No piensen los lectores que se me ha ido la "olla" o que estoy formando un grupo "paranormal" del tipo de "Los hombres que miran fijamente a las cabras". No!, no estamos tan desesperados para eso u otras cosas. Simplemente reproducto, tal cual, con sus faltas de ortografía incluidas, el texto que me encontré el otro día en una pared cualquiera del barrio de Maracarena Norte (Sevilla).

Sabemos, o por lo menos así lo piensan los estudios de la historia, que los humanos somos seres sociales desde el Paleolítico por lo menos. También, opinan algunos psiquiatras  y psicólogos, que la soledad es uno de los peores males de nuestra sociedad moderna. Lo sabemos, o por lo menos, así lo creemos. Entonces, no sería de extrañar que la gente intentase formalizar un "grupo" de amigos con los que compartir, debatir, echar un rato ameno o, simplemente, dejar de estar solos, que no es poco.

Hasta aquí todo parecería correcto. Lo "raro", mi extrañeza, si me apuran, es realmente qué está buscando esta persona en concreto que nos dice que se "pueden apuntar personas de todas las edades y podeis buscar lo que querais". Entiendo en mis "cortas luces" que dicha persona, la cual creo que pudiese ser un hombre por las palabras que usa, y la indeferencia al género complementario, no busca para nada formalizar un grupo de música, ni de baloncesto, ni mucho menos un club de poesía. Qué puede significar, entonces, "buscar lo que querais"?. Yo diría que es un "club de alterne", no?.

Tambié sorprende que en este "selecto club" se hará un "boletin" con todos los teléfonos y direcciones. Además será gratuito!!!! y se garantiza la "discrección" (con dos eses) y la seriedad. Claro!, un grupo con este marketing, no solo debe, si no que tiene que garantizar el anonimato de sus afiliados y adeptos. Pero vayamos un poco más allá, y cito textualmente: "al principio todo el que se quiera apuntar es agratuito". Al principio? ..., y al final?. Amigo mío, compañero escribano del club, piensas cobrarnos al final?. Yo pensé que te movías altruistamente en este mundo injusto, desigual y donde el dinero lo corrompe todo. En fin.

Lo mejor lo dejo para el final, pero antes me gustaría también resaltar que el organizador del club sólo atiende "llamadas o mensajes". Ya!, ahora lo tengo más claro, aparte del número de teléfono, no dá ningún otro tipo de dirección o correo electrónico. Lo dice como si tuviésemos que comunicarnos telepáticamente al estilo de George Clooney con sus cabras. En fin (suspiro largo).

Finalmente, y para no cansar al personal, he dejado la frase final para  que la analizcencon detenimiento para aquellos que tengáis tiempo. Transcribo "ad pedem litterae": "Absternerse gays, salidos (y) separados". Oh my God, y yo con estos pelos!!!!!.


lunes, 8 de marzo de 2010

Las Tres Marías del BINGO

Como cualquier noche lluviosa en Sevilla desde hace ya!!! ... por lo menos tres meses, domingo tras domingo, a eso de las 00,20 horas de la noche, pasan, deambulan por debajo de mi terraza las "Tres Marías". No son, sin duda, ni Magdalena, ni la de Betania, ni mucho menos Salomé. No son, en suma, personajes evangélicos, ni  discípulos femeninos de Jesucristo; son, si acaso, las "Tres Abuelas del Bingo".

Me explico. Recuerdo aún cuando mi ahora esposa y yo explorábamos el barrio de "Pino Loco", conocido así por los adolescentes del "centro" a los que les dá clases de inglés, e intentábamos "descubrir", explorar nuevos lugares, como si fuésemos aquél niño inmortalizado por J. Boyne detrás de las alambradas. Pues eso, descubrimos un restaurante, luminoso, altivo, sugerente, escondido, casi imperceptible al ojo humano. Me acerqué, abrí levemente una puerta de aluminio lacada en "oro" (!Compro oro, recuerden, compro oro!), y cuál fue nuestra sorpresa, que en vez de un restaurante de "taytantos tenedores y cuchillos", había varias decenas de señoras (y algún Sr) jugando al tan marchito "bingo". Y yo que pensaba que era un restaurante. Vaya chasco!!!.




Desde entonces, veo pasar a las "Tres Marías" todos lo domingos desde mi terraza, cuchilleando, y contando sus pérdidas, porque ganancias, de haberlas, deben de ser pocas.