Sierra Norte de Sevilla: el expolio de la central hidroeléctrica de El Martinete

Antigua central hidroeléctrica de El Martinete (San Nicolás del Puerto, Sevilla)

El pasado fin de semana estuvimos paseando por el entorno del Martinete, en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, en la localidad de San Nicolás del Puerto. En este lugar se encuentra el Monumento Natural "Cascadas del Huéznar", el río que le da nombre a este espacio natural fuertemente antropizado por la explotación intensiva del mineral de hierro desde finales del siglo XIX por compañías mineras inglesas.

Mucho, muchísimo se ha escrito sobre la explotación minera de esta región enclavada en Sierra Morena, y aun más sobre el origen fisiográfico y geológico del entorno del Martinete con sus cascadas del Huéznar como máximo reclamo para el visitante, amén de los afloramientos rocosos de travertinos, dignos, sin duda, de ser admirados. De hecho, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a lo largo de los años, ha ido poniendo en valor y acondicionando no solo el patrimonio natural, sino también el patrimonio minero industrial de la zona. Este paisaje cultural, fuertemente transformado por la acción y la explotación del hombre, se ha convertido en la Sierra Norte de Sevilla, en el principal recurso socio-económico para estos pueblos y sus habitantes, ya que las actividades relacionadas con el mismo, completado, sin duda, por los recursos tradicionales de la zona (cerdo ibérico, explotación forestal y artesanía), son todo un reclamo para los amantes del turismo sostenible. 

Cascada del Huéznar

Y es que los paseos a pie por los distintos senderos habilitados o en bicicleta por las llamadas "vías verdes" (antiguos trazados ferroviarios en desuso),  nos hacen olvidar, aunque sea por unas horas, nuestro tradicional paisaje de asfalto, para sumergirnos en un nueva dimensión, donde la geodiversidad dibuja un paisaje que no es ajeno a nuestros sentidos más elementales.

Señalética de Medio Ambiente

Dicho esto, me gustaría cuando menos ejercer mi derechos al pataleo, y poner en solfa o conocimiento el lamentable estado en el que se encuentra uno de los complejos industriales que más me ha llamado la atención durante mis "taytantos" años dedicados a esto del Patrimonio Histórico. Me refiero, sin duda, a la "Antigua Central Hidroeléctrica" de El Martinete, ubicada justamente al lado de las cascadas del Huéznar.

Vista aéra de la Central Eléctrica. Fuente: Google maps, 2012

Dicha central, sin ser para nada ningún experto en la materia, y que entendemos que se corresponde con la modalidad de central por derivación de aguas, es decir, donde se aprovecha el caudal del río solamente, con escaso o nulo almacenamiento, se compone básicamente de tres complejos o edificaciones claramente diferenciadas. Dos sería de carácter industrial, y la tercera lo sería de uso doméstico. En este caso las aguas del río Huéznar, prácticamente desde su nacimiento en San Nicolás del Puerto son desviadas mediante un canal hasta un depósito llamado cámara de carga  o presión (primer complejo); que finalmente va a parar a una sala de turbinas y demás instalaciones (segundo complejo). El agua sobrante es devuelta al río. Finalmente nos encontramos con la parte doméstica de la central, donde vivirían, suponemos, los ingenieros y demás personal cualificado de la planta; a los que habría que unir una amplia superficie ajardinada al estilo inglés donde no falta la piscina, las fuentes, ... incluso una zona para huertas.

Fachada de la casona o parte doméstica de la Central Hidroeléctrica.

Dicha central, sin saber con exactitud la fecha de su construcción, supongo que sirvió para abastecer de energía eléctrica al entramado minero que se ramificaba a su alrededor; siendo abandonada hace relativamente poco según se desprende de algunas reformas y materiales de finales del siglo XX.

Entrada principal a la central

Aunque desconocemos la propiedad de la finca, todo apunta a que sea de la propia Consejería de Medio Ambiente, según se desprende de los materiales y la señalética en su interior. En la actualidad, tanto la central como la casona, han sufrido numerosos actos de vandalismo y expolio, en esa casi orquestada y consentida búsqueda de cobre y otros metales que son fácilmente vendibles en traperías y demás locales. Toda la maquinaria exterior casi desaparecido y en el interior, por lo poco que hemos observado, no solamente está siendo extraía, sino que es destruida toda aquella que no pueden llevarse.  

Verdaderamente es una lástima que un complejo industrial de tal magnitud se encuentre en ese grado de abandono y destrucción, pese a encontrarse en un Parque Natural con normativa de protección; y habiendo, para más inquina, una Ley de Patrimonio Histórico, que por primera vez ha tenido en cuenta el patrimonio industrial como elemento singular a proteger y conservar. Lástima decimos, pues en este magnífico lugar, punto orográfico privilegiado, se podría instalar, por poner algunos ejemplos, un centro de interpretación sobre la centrales hidroeléctricas u otros usos culturales. Sabemos que no corren buenos tiempos para la lírica, pero ello no es óbice para que no se le apliquen algunas medidas preventivas de seguridad (creo recordar haber visto aun agente medioambiental por allí). Cerrar las varias aperturas en los muros derruidos, serían también medidas preventivas contra el expolio y la destrucción. En fin.

Interior de la central con los manómetros y demás útiles expoliados o destruidos

Bueno, pues ya está, ya me he quedado a gusto después de haber paseado ayer por este impresionante paisaje natural e industrial; amén de recuperar y retomar la escritura en este blog que nació en su día para narrarles los viajes y "aventuras" de un porcunero en mundo, y que teníamos un poquito (mucho) olvidado gracias a mis otros quehaceres. Gracias por su paciencia si han llegado hasta aquí.

Ah!!!, se me olvidaba, si alguien tiene previsto visitar próximamente este  espacio natural, les rogaría encarecidamente que lo hiciese con ropa deportiva y calzado cómodo, pues tuvimos la ocasión de ver a varios señores con zapatos castellanos y señoritas y señoras con tacones. Tampoco es recomendable llevarse el carrito del niño, pues suele coger barro. El área de descanso cuenta con agua potable, baños públicos y mesas para comer. Lo peor, la carretera, con demasiadas curvas. Ahora sí.

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Nota: todas la fotografías son propiedad del autor, excepto la captura de la ortofoto de google, que se encuentra citada convenientemente.