

Nosotros, aprovechando que íbamos a Granada capital por cuestiones de trabajo, paramos en el Mesón Ríofrio (fundado en 1875). Su exterior es de madera, asemejando el caserío del Norte de Europa. Su interior, cálido, tranquilo, con una decoración a base de madera y elementos labriegos y de la tierra.

La comida excelente, al igual que el servicio. Yo en concreto comí una trucha ahumada (a 6 €, aunque parezca increible) y mis compañeros de viaje una trucha a la "navarra". Todo fenomenal. Por un precio módico de 20 € comimos como "reyes", con postres bien presentados.

Al día siguiente de nuestra estancia en Ríofrio, llegaron las "famosas" lluvias, los lodos, y la consecuente pérdida económica para restaurantes, criaderos de truchas y caviar; y otros desperfectos.

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