martes, 23 de octubre de 2007

Introducción a Marruecos. المغرب


Zoco de Tetuán: tradición y modernidad se compaginan en las vestimentas de madre e hijas

INTRODUCCIÓN A MARRUECOS

Con esta introducción ni mucho menos pretendo resumir en unas líneas algo que se parezca a la realidad de Marruecos, ni ser el wikipedia de turno. Para eso ya hay otras fuentes escritas, guías, comentarios y cientos de páginas en internet. Lo que pretendo es simplemente dar mi opinión sobre mi breve estancia en el país (4 días). Para aquellos que no estén de acuerdo con lo dicho aquí, como es un foro público, les invito a dejar los comentarios y sugerencias pertinentes.

La famosa marca america, siempre presente. Meknés.

Las zonas visitadas o transcurridas por nosotros en Marruecos (regiones de Tánger-Tetuán; Meknés-Tafilalet; Rabat-Salé-Zemur-Zaer; y Garb-Chrarda-Beni Hsen, principalmente), al norte todo del país, son regiones que se debaten entre el anquilosamiento y la modernidad, pero con un potencial económico y demográfico brutal. Por un lado hemos observado las importantes inversiones extranjeras, sobre todo de compañías europeas y de EE.UU; mientras que por otro, persisten evidentes desarraigos y desigualdades, que sumen a la región dentro del contexto de lo que los geógrafos llaman “países en vías de desarrollo”.



Un turismo cultural en alza. Arco del triunfo en Volubilis

Pero que nadie se lleve a engaños, ni caiga en los tópicos “típicos” de país subdesarrolado. Simplemente nos encontramos ante un país donde las diferencias de capital son abismales, bien por su sistema político (monarquía ¿constitucional? de derecho divino); bien por un proceso de “neocolonización” mercantil por parte de empresas trasnacionales. La emigración, el goteo ininterrumpido de cruzar el “charco” es la consecuencia lógica de un país donde la riqueza –abundante- está muy mal repartida.

Tamuda (Tetuán). Un proyecto de cooperación internacional

Por el contrario, Marruecos cuenta con unos potenciales económicos y demográficos simplemente inmejorables. Su economía, aunque básicamente agraria, se compagina con la pesca, sus puertos francos, sus recursos energéticos, y un incipiente turismo, visto por las autoridades como la gallina de los huevos de oro. No es extraño encontrar promociones de viviendas (de corte europea, eso sí) en sus costas; y el trato que dispensan a los “extranjeros”, a los cuales miman, en un eterno agradecimiento condescendiente. De hecho, han creado la “policía turística”, que nos acompañó en algunos tramos de nuestro viaje, sobre todo en la Medina de Tetuán, foco, por lo visto, del incipiente “fundamentalismo” islámico creciente tras los distintos llamamientos del “señor de las barbas”.


Fértiles campos de cereal

Paisajísticamente, el norte de Marruecos “poco” se diferencia del sur de Andalucía. Sus pueblos y ciudades son calcamonías de Vejer de la Frontera, Medina Sidonia, Tarifa, …. Las mismas arquitecturas en cubo, pero con perduración en el tiempo. Su naturaleza es equivalente a la nuestra. De hecho hay un proyecto de declaración conjunta entra España y Marruecos como “Reserva de la Bioesfera Intercontinental del Mediterráneo”.



Alquería. Primer centro de transformación del cereal.

Mieses, paja, tapial y adobe.


"Pósito". Almacén de grano. Camino de Larache.


Pan horneado por manos féminas en la casa. ¡¡¡ Calentito !!!

Pero sin enrollarme más por ahora, lo que más me ha llamado la atención son sus fértiles campos, infinitas extensiones de tierras aptas para el cultivo. Tierras pardas, negras, ricas en humus, …, regadas amablemente por ríos y arroyos. Allí podemos encontrar de todo, aunque el producto estrella es el cereal, sobre todo el trigo, alimento básico, junto a las legumbres, del dietario marroquí. Los valles recuerdan a las campiñas andaluzas y de vez en cuando nos encontramos con las “alquerías”, que no son más de dos o tres casas hechas de cañizo y tapial, con algo que se parece a una “era”, donde se separa el grano de la paja. Abundan aquí los cobertizos para las mieses y las herramientas; las estructuras abovedadas de tapial para la paja y poco más. Estas alquerías suelen depender de alguna aldea o pueblo cercano. Allí se lleva el grano y se almacena en los “pósitos” ¿del estado?. Lo curioso es de estos pueblos es que cuando pasas por ellos ves directamente “la pobreza”. ¿Cómo se puede vivir en la miseria prácticamente con estos campos tan fértiles?. ¿En manos de quién está la propiedad de la tierra, para estas gentes sólo se lleven un ínfima parte de lo que producen?. Intentaremos contestar a estas preguntas más tarde, en otra ocasión.



Transporte tradicional. Camino de Larache.

Si el cereal es importante, no lo es menos la horticultura. Extensiones de tierras se perdían ante nuestros ojos. Modernidad y tradición. Frente a la implantación de industrias europeas bajo plásticos, con centros de transformación, también encontramos uno de los medios de transformación del agro más importantes de Marruecos: el burro. Pequeños, esqueléticos, …, pero siempre presentes en Marruecos. El burro, es como la vaca en la India, pero siendo esclavo de la tierra. Es el medio de locomoción más avanzado en el país. Frente a los numerosos “mercedes”, reliquias de la coloniazación y del continuo tráfico inmigrante con Alemania y Francia. El burro, la mula, y excepcionalmente alguna que otra yegua (nunca un caballo) forman parte del paisaje marroquí. Los mercados, los zocos, las medinas, las calles, las carreteras, … están llenas de los productos de la tierra: melones, sandías, granadas, legumbres, alcachofas, … Riqueza agrícola frente a la pobreza estructural.


Compañía extendida de "Afriquia".


Salinas. Un recurso extendido.

El olivo: ¡presente!. Muy presente por todos lados. Decía Pepe Casti, “cuando estas tierras estén plantadas de olivos …”, que será de nosotros. El olivo tradicional marroquí es pobre, falto de táctica y de técnica, pero el moderno, regado, se parece mucho a la campiña jiennense. Toda el norte de Marruecos recuerda a Andalucía.


Plantación de naranjos de corte europea.

Introducción del regadío.

El otro pilar positivo del que hablaba en Marruecos, es su población joven, su inmenso crecimiento demográfico. Este creo yo que es el potencial más gran de la “divina monarquía”. Sus ciudades, sus campos, sus tierras, están repletas de niños y adolescentes. Son ellos los futuros emigrantes o los que realmente transformen el país en algo más que una “monarquía constitucional de derecho divino”. El potencial lo tienen, … ahora toca el actuar, en un sentido aristotélico.


Recurso cerámico.


Variada cultura culinaria

No voy a entrar en luchas y desigualdades de sexos. Hay demasiado escrito al respeto. Ahora bien, Marruecos está invirtiendo en educación, en progreso, en apertura. Las escuelas están llegando incluso a esas alquerías de las que hablábamos.


Estampa demográfica


Adolescentes a la salida del colegio. ¿Emigrantes o revolucionarios?

En definitiva, Marruecos progresa y retrocede. Un pasito palante, un pasito patrás”.

المغرب


5 comentarios:

Anónimo dijo...
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